lunes, 15 de abril de 2013

Paralizada, la historia sonora de Tampico

Carlos Manuel Juárez / La Razón /15 Abril 2013

Tampico fue nido de músicos, compositores y cantantes que crearon sonidos y músicas que viajaron por el mundo que influenciaron la creación de otros ritmos.  La lista es extensa y recorre varios géneros: Roberto Cantoral, las Hermanas Huerta, José Sierra Flores, Los de Abajo de Madero, Claudio Rosas y su Internacional Orquesta Tampico, Lorenzo Tio Hazeur, Rodrigo González, Alfonso Boeta San Pedro y los que no se conocen.

José Castañeda, guitarrista y fundador de la Fonoteca de Tampico, considera que el legado musical del puerto se atascó debido a que los creadores estrecharon su visión y, en su mayoría, solo van de lo tropical a lo grupero, sin crear un sonido que repercuta como lo hicieron Juan García Esquivel y Rockdrigo.

Castañeda, quien luchó contra cronistas y funcionarios para que el Archivo Histórico mantuviera el espacio para las músicas, afirma que la memoria sonora de Tampico está en ciernes.  A partir de 1997 comenzó a rescatar grabaciones en casete, cinta, discos LP, y discos compactos de las producciones musicales hechas por tampiqueños o extranjeros que hablan de la ciudad.  También difunde el espacio y la importancia de donar material.

En quince años ha identificado los momentos importantes en la vida musical de la región.  El primero lo ubica en los Tampicos (ubicados en lo que hoy es el Norte de Veracruz) donde surgieron canciones hechas entre filipinos, franceses y españoles que vivieron en San Luis de Tampico y La Custodia de San Salvador de Tampico. "Por ejemplo, investigadores debaten si la Chacona nació aquí o no.  Es el primer momento importante porque fueron expresiones ajenas de lo que nació en el México antiguo de la zona huasteca", detalla José sentado en una mesa del Archivo donde revisa periódicos de 1880.

El segundo momento destacado ocurrió lentamente en el largo periodo que va del siglo XVIII al XIX.  Allí nacieron la mayoría de los sones, el baile del fandango y se gesta el huapango.  José comenta que al mismo tiempo la migración de personas que vinieron de Génova, Rusia, Inglaterra, Cuba, Chile y el paso de compañías de teatro y orquestas militares fueron dejando motivos para la creación de la musca moderna.
"Todo esto propició que en el siglo XX existiera mucho músico en la región.  Hubo un intercambio cultural intenso.  Encontré en un periódico del siglo XIX un anuncio de un músico extranjero de apellido Savaté que ofrecía poner música a las personas que le llevaran versos.  Pero que interesante composición entre un tampiqueño y alguien que venía de fuera con su cultura. ¿Quién habrá ido a poner música con sus letras?, se pregunta.

A través de las expectativas vividas Castañeda se convenció de que la música tampiqueña esta enlazada con la actividad portuaria.  Por eso cuando habla del futuro musical de la región es crudo y argumenta con la tesis "El declive del puerto de Tampico" escrita por Alfonso Tello.

"Es bueno preguntarse qué sonará en el futuro.  La ciudad se ha levantado de las cenizas varias veces, pero culturalmente es otro, perneado por la música grupera y la violencia.  Creo que Tampico va a sonar, como un reggeatón, una mezcla posmoderna de ritmos y formas, como el Mambo Number Five, y nos va a tocar verlo y escucharlo".


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