El puerto tiene una larga
historia en cuanto a las tiendas de discos. Desde principios del siglo pasado
el centro de la ciudad contaba con locales especializados en la venta de los
antiguos discos de goma laca o “de pasta” de 78 revoluciones por minuto. Quizá
la única que quedó como testigo de aquella época, todavía a finales de los años
setenta, fue la tienda de la RCA (la Agencia Víctor del sr.
Wendell Cox) ubicada a un costado de la tienda departamental Woolworth
(que por cierto también llegó a tener una sección de venta de discos).
Y ya para finales de los
setenta apareció un nuevo concepto de tienda, esta vez con discos importados.
La tienda se llamaba Disco Moods, sobre la Avenida Hidalgo, de
Silvia Galindo, conocida de la televisión. Y al comenzar la década de los ochenta
surgió en la calle Altamira, en pleno centro de la ciudad, otra tienda de
discos importados llamada Rolling Stone, administrada por el
conocido locutor de radio y televisión, Frecky Villarreal. Cierra aquella época
Plaza Palmas con su tienda Sonido 13, atendida por el
conocido melómano que llamaban El Mosco.
Incluso, ya en transición al
disco compacto, hacia principios de los noventa en la llamada Zona Dorada de
Tampico estuvo No Limits de Alfredo Espinoza y Alejandro Derbez y
Digital Records del mismo Derbez. De esa época de transiciones
también estaba Rock n Roll de Toño Díaz, con venta de discos,
promoción de conciertos y producción de discos. Ya en esta etapa solo algunas
tiendas grandes contaban con algún rack con audífonos y botones
seleccionadores de los discos compactos digitales para escuchar una pequeña
muestra de las canciones.
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